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Las subastas aún esperan a los grandes vinos españoles
«Falta confianza y valentía», afirman los expertos, que lamentan la presencia «testimonial» de este gran producto en el mercado internacional.
El vino es un bien de alta rentabilidad en los últimos 20 años, sobre todo si hablamos de ‘fine wine’, esas joyas que buscan los coleccionistas en las subastas, como el mejor arte. Su rentabilidad es pasmosa y alcanza registros del 12%. Cien dólares de 1952 invertidos en vino serían 420.000 dólares de hoy, mientras que cien dólares en Bolsa serían 100.000 dólares. El índice de rentabilidad del vino solo bajó el 2% durante la pandemia, frente a índices bursátiles como el Dow Jones, que cayó un 19% o el Nikkei, que perdió un 27%. Burdeos es la denominación mágica que mueve y enriquece a los coleccionista del vino de lujo, un mercado en el que apenas hay caldos españoles, a pesar de tenerlo todo. Necesitan confianza y valentía.
Así lo certifican expertos como el italiano Daniel Carnio, de Oeno, empresa dedicada a la compra de vinos para coleccionistas e inversores; el neerlandés Jochen de Vylder, propietario de la casa de subastas Ampersand Wine Auctions, y el francés François Passaga, propietario de de Fap Grand Cru, gran conocedor de las añadas históricas españolas. Los tres analizaron, con la enóloga Almudena Alberca, el mercado del vino de lujo y las subastas en la segunda sesión de The Wine Edition en Madrid Fusión Alimentos de España.
Un mercado creciente que en 2019 movió 800 millones de euros, en el que, como en el arte, hay muchas falsificaciones, en el que se hace necesario el concurso de expertos y donde la presencia del vino español es, lamentablemente, testimonial. Un negocio millonario con hitos como la venta de dos botellas del francés Romanee-Conti de la añada de 1945, cuando se produjeron solo 600 botellas, subastadas en Sotheby 's por más de medio millón de euros, 17 veces más de lo que esperaba la casa de subastas.
Confianza y valentía
«El vino español tiene nivel, pero debe atreverse. Le falta visibilidad y marketing. Tienen los suelos, los ‘terroirs’, una identidad definida, pero le falta confianza y valentía para para ser una gran potencia», dice Passaga, quien apuesta por los vinos españoles en la plaza de Burdeos, el gran mercado mundo de los vinos de lujo y donde las ofertas de caldos susceptibles de subastare en un futuro se agotan en horas.
La presencia de los vinos españoles es también muy baja en las subastas y concentrada en pocas marcas. «El 58% de los lotes de vino español vendido en Sotheby 's es Vega Sicilia, y solo hay doce marcas españolas entre las 5.000 bodegas», apunta Passaga. «Claramente, la plaza de Burdeos como centro de venta ha demostrado su eficacia para los vinos del mundo, como los italianos y los californianos. En Burdeos salen 40 vinos extranjeros y no hay ninguno español. Eso debe cambiar. En España hay calidad, pero para su visibilidad mundial es crucial estar en Burdeos», asegura.
«España tiene nuevas generaciones de enólogos y viticultores que hacen grandes vinos. Están ahí. Pero el problema es la visibilidad internacional», coincide De Vylder. «Los españoles son demasiado humildes con lo que tienen. Y lo tienen todo. De modo que la visibilidad llegará», dice este experto en subastas que aconseja «elegir buenos embajadores, como sumilleres y restauradores, que deben hacerlo bien».
Carnio destaca cómo entre los vinos de lujo la rentabilidad oscila entre un 5% y un 12%. Unos vinos que se venden tradicionalmente en Inglaterra y que se ven como un producto «menos volátil que otras inversiones». «Puedes comprar un vino de Burdeos y obtener en apenas unos años una rentabilidad del 12%. Y en algunos países no se pagan impuestos», destaca este experto que asesora a los clientes «en una inversión de riesgo» y que se felicita por la creciente descentralización del mercado, en que hay nuevas y pequeñas firmas de subastas que desafían a gigantes como Sotheby's y Christie's.
Así lo certifican expertos como el italiano Daniel Carnio, de Oeno, empresa dedicada a la compra de vinos para coleccionistas e inversores; el neerlandés Jochen de Vylder, propietario de la casa de subastas Ampersand Wine Auctions, y el francés François Passaga, propietario de de Fap Grand Cru, gran conocedor de las añadas históricas españolas. Los tres analizaron, con la enóloga Almudena Alberca, el mercado del vino de lujo y las subastas en la segunda sesión de The Wine Edition en Madrid Fusión Alimentos de España.
Un mercado creciente que en 2019 movió 800 millones de euros, en el que, como en el arte, hay muchas falsificaciones, en el que se hace necesario el concurso de expertos y donde la presencia del vino español es, lamentablemente, testimonial. Un negocio millonario con hitos como la venta de dos botellas del francés Romanee-Conti de la añada de 1945, cuando se produjeron solo 600 botellas, subastadas en Sotheby 's por más de medio millón de euros, 17 veces más de lo que esperaba la casa de subastas.
Confianza y valentía
«El vino español tiene nivel, pero debe atreverse. Le falta visibilidad y marketing. Tienen los suelos, los ‘terroirs’, una identidad definida, pero le falta confianza y valentía para para ser una gran potencia», dice Passaga, quien apuesta por los vinos españoles en la plaza de Burdeos, el gran mercado mundo de los vinos de lujo y donde las ofertas de caldos susceptibles de subastare en un futuro se agotan en horas.
La presencia de los vinos españoles es también muy baja en las subastas y concentrada en pocas marcas. «El 58% de los lotes de vino español vendido en Sotheby 's es Vega Sicilia, y solo hay doce marcas españolas entre las 5.000 bodegas», apunta Passaga. «Claramente, la plaza de Burdeos como centro de venta ha demostrado su eficacia para los vinos del mundo, como los italianos y los californianos. En Burdeos salen 40 vinos extranjeros y no hay ninguno español. Eso debe cambiar. En España hay calidad, pero para su visibilidad mundial es crucial estar en Burdeos», asegura.
«España tiene nuevas generaciones de enólogos y viticultores que hacen grandes vinos. Están ahí. Pero el problema es la visibilidad internacional», coincide De Vylder. «Los españoles son demasiado humildes con lo que tienen. Y lo tienen todo. De modo que la visibilidad llegará», dice este experto en subastas que aconseja «elegir buenos embajadores, como sumilleres y restauradores, que deben hacerlo bien».
Carnio destaca cómo entre los vinos de lujo la rentabilidad oscila entre un 5% y un 12%. Unos vinos que se venden tradicionalmente en Inglaterra y que se ven como un producto «menos volátil que otras inversiones». «Puedes comprar un vino de Burdeos y obtener en apenas unos años una rentabilidad del 12%. Y en algunos países no se pagan impuestos», destaca este experto que asesora a los clientes «en una inversión de riesgo» y que se felicita por la creciente descentralización del mercado, en que hay nuevas y pequeñas firmas de subastas que desafían a gigantes como Sotheby's y Christie's.