Eran siete croquetas en la cata a ciegas, y los jurados llevaban probadas seis. Se mostraban equidistantes, incluso con poco entusiasmo, tras unos comentarios generales sobre la bechamel y algunas críticas por la presentación o la sal de un par de competidores. «La croqueta es un misterio», dijo Elena Arzak, jurado del concurso ya emblemático de Madrid Fusión Alimentos de España. «Muchas veces con la misma receta de toda la vida sale una totalmente distinta sobre la misma base. Hacerla es siempre de riesgo».

Pero llegó la séptima, y última, croqueta que se presentaba en el VII Concurso a la Mejor Croqueta de Jamón Joselito y las miradas se iluminaron cuando los jueces dieron el primer bocado. Perfecta de forma y de «bronceado», como dijo uno de ellos.  En esta cata, primero se probaba el bechamel, y después la croqueta. El cambio entre una y otra sorprendía a los jueces, después de probar unas cremas líquidas antes de freír, lo que daría problemas al final, y otras muy cremosas que se fundirían por dentro. El punto del aceite es crucial, también el rebozado, alertó Arzak. «Es importante que una croqueta de jamón sepa a jamón», dijo José Gómez, de Jamones Joselito que presidía el jurado.

La deliberación fue breve y el veredicto no dejó de sorprender por la carambola del día. Los ganadores eran Javier Sanz y Juan Sahuquillo, que un par de horas antes se habían alzado con el Premio Cocinero Revelación 2021. «Nos conocemos desde los seis años y lo hacemos todo juntos», cuenta Sahuquillo, chef del Cañitas Maite de Albacete, después de ganar el concurso de la croqueta. «Es una croqueta que lleva mucho esfuerzo detrás y sobre todo un producto muy bueno, como el jamón Joselito, y la leche fresca de oveja y mantequilla tierna de oveja, que la hacen un poco diferente. El secreto es un producto fresco y muy rico».
 
La croqueta ganadora fue un «fin de fiesta brutal, muy rica», para Marcelino Alonso, 'instagramer' y miembro del jurado. Y Arzak fue más allá al probar esta croqueta que venía presentada en un plato que imitaba las servilletas de bar: «Impresionante». Los jóvenes Sahuquillo y Sanz, con su legión de compañeros haciéndoles barra desde las primeras horas del día, se llevaron de premio un jamón de 2014 de Joselito, que pesa unos diez kilos, entregado por el presidente del jurado.