El cocinero libanés afincado en París nos muestra una cocina de raíces pasando por el tamiz de la cultura culinaria occidental. Una cocina que narra la historia del propio Alan Geaam.

Alan Geaam, nacido en el Líbano, soñaba desde pequeño, con ir a Europa y, concretamente a Francia, para aprender a cocinar el recetario occidental. Cuando llegó a París, pasados los veinte, trabajó duro para conseguir materializar ese sueño. No fue a la escuela, aprendió de los libros, la competencia era feroz pero su pasión por el oficio de cocinero consiguió que tras 18 años pudiera abrir su propio restaurante que fue galardonado con una estrella Michelin. Hoy día, es el único libanés que ha conseguido este galardón en Francia. “Es una gran responsabilidad. A la gente que viene a verme, le cuento mi historia y esa mezcla entre comida francesa y libanesa que ofrezco en mi restaurante es una manera de explicarla”, apunta el chef. Y añade “Fue difícil hacerse un hueco en París porque había mucha competencia, pero a lo aprendido en la ciudad francesa, apliqué lo que me enseñó mi madre”.

En su ponencia de Madrid Fusión, su trayectoria es recreada con un plato de kofta de cordero -receta tradicional del Líbano- que previamente ha preparado a baja temperatura. El primer paso para elaborarlo es introducirlo en harina y clara de huevo para después rebozarlo en pistacho mezclado con albahaca. El siguiente paso será freírlo. 

En la presentación del plato, al kofta de cordero le acompaña una zanahoria encurtida que sazona con flores, pistacho, canela, limón y aceite. El plato acaba con una salsa elaborada con el jugo de cordero y una melaza de dátil, agua y azúcar. “Decimos que es un plato muy sencillo, pero ocurren muchas cosas aquí, hay mucho color, es mediterráneo, lleva especias y es el tipo de cocina que me gusta, porque cuenta mi historia y ayuda a los clientes a sentir lo que ocurre dentro de mi cabeza. Es perfecto”.